Lactancia Materna: Un Camino Lleno de Amor

Lactancia Materna: Un Camino Lleno de Amor

Cuando los Trilliz nacieron, no sabía nada acerca de lactancia materna (grave error).

Con tres bebés en incubadora y una madre tratando de recuperarse de la cesárea, la lactancia no empezó con buen pie. Me extraía varias veces al día, pero ni cerca de lo recomendado, porque el dolor que sentía no me dejaba ni moverme.

Los Trilliz duraron nueve días en incubadora, y pude pegarlos al pecho por primera vez al octavo día. Y eso que los primeros días son cruciales para establecer la lactancia.

Con el deseo de darles el mejor alimento a mis bebés, empecé a educarme sobre lactancia materna y a pegarlos al pecho día y noche. Probé todos los métodos relacionados con el power pumping (extracciones poderosas), tratando de lograr una lactancia materna exclusiva para tres bebés, todo un reto.

Comenzó mi empeño por crear un banco de leche… sin sentido, porque la lactancia de los Trilliz siempre fue mixta. Aun así, ellos necesitaban muchos anticuerpos de la leche materna en sus primeros días.

Me extraía a toda hora, especialmente en las madrugadas, tratando de darles más biberones de leche materna. Sumamente agotada, sentía que los días pasaban y no tenía oportunidad de recuperar fuerzas. Llegaban las 5:00 a. m. y comenzaba el proceso otra vez.

Un día cualquiera, con mi extractor en mano, justo al terminar una extracción, uno de los Trilliz se pegó al seno y no encontró leche suficiente. Su grito, lleno de impotencia, me hizo despertar. Ese día decidí que solo me extraería cuando lo necesitara o cuando no estuviera con los niños.

Me di cuenta de que mi producción aumentó muchísimo cuando terminó mi licencia por maternidad y volví al trabajo. Hice mi horario de extracciones y todo fluyó de maravilla.

Llenaba biberones y bolsas de leche durante el día, y lactaba al llegar a casa y durante las noches.

Como cada bebé es diferente, así mismo fue su camino con la lactancia. Uno de los Trilliz dejó el seno por sí mismo a los seis meses y, en ese momento, empecé a preparar más biberones con leche materna para su consumo. Mientras tanto, los otros dos Trilliz estaban felices siendo lactados por su mami… y el otro bebé estaba feliz bailando con su papi.

Para agilizar la rutina, dormía a los bebés pegados al mismo tiempo, mientras papá dormía al otro bebé.

Más tarde, a los 14 meses, otro de los Trilliz dejó la lactancia. Sin mediar palabras, simplemente no quiso más el seno.

Un día, algo me pareció muy sospechoso: vi a uno de los Trilliz chupándose el dedito pulgar. Así, a los 16 meses, dejó el seno por completo y no quiso pegarse más. Ahí terminó esta bonita etapa en la vida de mis bebés.

Algo que los Trilliz no tomaron en cuenta al dejar la lactancia de golpe es que el destete se hace cuando mamá y bebé quieran… pero mamá no quería.

Y aquí estoy yo, escribiendo estas líneas más de un año después, con los ojos llorosos, recordando mi lactancia materna: un camino lleno de amor.

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